Un Boeing 737 en el que viajaban 135 turistas, en su mayoría franceses -muchos de ellos niños-, y 13 tripulantes, se precipitó este sábado al Mar Rojo tras despegar de la localidad egipcia de Sharm El Sheij, y los equipos de rescate dijeron que no había supervivientes.
 
El ministro egipcio de Aviación Civil dijo que las causas del accidente fueron "por completo técnicas", y uno de sus ayudantes indicó que no había signos de terrorismo.
 
El avión, operado por la compañía egipcia Flash Airlines, desapareció de las pantallas de radar minutos después de despegar, a las 02h44 GMT, y cayó al mar en aguas profundas, hacia el sureste, dijeron fuentes oficiales.
 
El aparato se dirigía a El Cairo para repostar, cambiar de tripulación y embarcar más pasajeros antes de dirigirse a París. Los pilotos no informaron de problema alguno y había buena visibilidad.
 
El gobierno francés dijo que había 135 pasajeros a bordo, todos franceses menos dos, y un responsable médico francés dijo que muchos de ellos eran niños que habían pasado las vacaciones con sus familias.
 
El accidente coincidió con la intensa preocupación estadounidense respecto a posibles atentados contra aerolíneas civiles, lo que ha llevado a la cancelación de siete vuelos con destino a Estados Unidos en poco más de una semana.
 
Aviones militares y barcos egipcios, ayudados por pequeñas embarcaciones de centros de buceo cercanos, lanzaron una fuert operación de rescate con las primeras luces del día. Los testigos dijeron que hallaron restos humanos, pero ningún cadáver completo ni supervivientes.
 
"Hay muchos objetos personales, bolsas pequeñas y juguetes. Hemos recogido piezas muy pequeñas del avión, pero el aparato se ha hundido", dijo otro miembro de los equipos de rescate.   
 
Aguas profundas
 
El avión se estrelló en el Estrecho de Tirán, entre la península del Sinaí y Arabia Saudita, donde el agua tiene una profundidad de cientos de metros, demasiada para que los buceadores recuperen las cajas negras del avión, según los monitores de buceo.
 
El ministro de Aviación Civil, Ahmed Mohamed Shafiq Zaki, dijo que las pruebas de testigos y de otros equipos sugerían que la tripulación perdió el control poco después de despegar por un fallo técnico.
 
"Esto creó una gran dificultad para la tripulación, así que intentaron recuperar el control del aparato, pero la altitud no era grande y no hallaron posibilidad de mover el avión desde la posición en que se encontraba, lo que le llevó a precipitarse contra el agua", dijo a la televisión estatal.
 
El presidente francés, Jacques Chirac, telefoneó a su colega egipcio, Hosni Mubarak, para obtener los detalles del accidente y expresó "su profundo sobrecogimiento" con la tragedia, dijo su oficina.
 
Flash Airlines es una compañía egipcia de vuelos charter con sede en El Cairo y vuela a ciudades europeas. Opera dos Boeing 737-300 fabricados en 1993, según su página web.
 
El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, y el ministro de Transporte, Gilles de Robien, se transladaron al aeropuerto Charles de Gaulle, donde los desconsolados amigos y familiares que habían acudido a recibir a los viajeros estaban siendo informados del accidente.
 
Sharm el Sheij, importante centro para el buceo, es considerado uno de los lugares más seguros de Egipto por su aislamiento y la frecuente presencia de Mubarak.
 
El último accidente de un avión egipcio tuvo lugar en mayo de 2002, cuando un Boeing 767 de la estatal EgyptAir se estrelló cerca del aeropuerto de Túnez, matando a quince personas.
 
En octubre de 1999, un Boeing 767 de EgyptAir cayó al mar en Nantucket, Massachusetts, Estados Unidos, matando a los 217 ocupantes de la nave.