Existen, casi en desconocimiento general, entidades centralizadas que a pesar de ser teóricamente, de estructura técnica, pueden y deben influir más en soluciones para las causas que cada año determinan la suspensión del trabajo en establecimientos fiscales o estatales de educadores y médicos.

Se trata de las direcciones nacionales de Salud y Educación.
Las sesiones y sus resoluciones de los aspectos que les compete deben ser conocidas con detalles. Si funcionan con un sistema obsoleto, habrá que modificarlo.

Las circunstancias que determinan más complicaciones a viejos problemas de salud y educación obligan a cambios.

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El Congreso Nacional que tiene poderosa influencia para incrementar bonificaciones y sueldos, también –en el caso específico de la educación– debe intervenir con más acento para soluciones definitivas.

El fin es que los educadores queden libres de los motivos que llevan a las paralizaciones ya conocidas.