EE.UU. tiene su prioridad en la guerra contra el terrorismo, y en el 2004 busca fortalecer la paz, la libertad y la  prosperidad en todo el mundo, incluyendo Cuba, escribió el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, ayer en el diario The New York Times.

Powell dijo que en el 2004 Washington “permanecerá junto al pueblo iraní y otros que viven bajo regímenes opresivos” y “está trabajando para una futura Cuba libre”, dijo.

Agregó que EE.UU. continuaría trabajando en restablecer la soberanía en Afganistán e Iraq, y confiando en la comunidad internacional y la Organización de Naciones Unidas (ONU) “para ayudar a los iraquíes a establecer una nueva ciudadela de mentes libres y libre mercado en Medio Oriente”.

Publicidad

Powell señaló que junto a la ONU, la Unión Europea y Rusia “ayudaremos a los israelíes y palestinos a conseguir la paz, para que una Palestina libre exista junto con un Estado judío seguro y democrático en Israel”, dijo Powell.

Sobre Corea del Norte, el secretario de Estado dijo que “continuaremos atacando el problema del peligroso programa de armas nucleares”, y “no aceptaremos chantajes de Pyongyang”, acotó.

Por otra parte, la renuncia de Libia a las armas de destrucción masiva es el resultado de “la diplomacia británica y estadounidense”, dijo.

Publicidad

Reiteró también que Washington “está resuelto a participar en la tarea de terminar con los conflictos” de Sudán, Liberia, Irlanda del Norte y otros.

En el 2004 Bush “liderará el esfuerzo de reforzar nuestra estrategia global de libre mercado” , dijo Powell, particularmente un acuerdo de libre comercio en Medio Oriente.

Publicidad

La única nube en el horizonte es la red Al Qaeda, que “continúa siendo un gran peligro”, opinó. Sin embargo, cada vez tiene menos miembros ya que estos están “huyendo, presos o muertos”, dijo.

Ayer, Washington anunció una medida de 90 días para permitir a los ciudadanos y grupos sin fines de lucro de EE.UU. donar dinero en forma directa a organismos no gubernamentales que trabajan en Irán para ayudar a las víctimas del terremoto del 26 de diciembre, que causó la muerte de al menos 30.000 personas, lo que según autoridades iraníes facilitaría un acercamiento entre ambos países.