Un estudio de un grupo de científicos ha determinado que hasta el 10% de las estrellas en la Vía Láctea puede ofrecer las condiciones necesarias para formas complejas de vida, según un artículo de la revista "Science" distribuido este jueves.
 
El artículo, que se publicará en la edición de mañana, viernes, de la revista, señala que el equipo encabezado por Charles Lineweaver, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), usó un modelo de evolución química de la galaxia dentro de la cual se encuentran el sistema solar y la Tierra.
 
Ese modelo identificó una región de la galaxia en la cual las estrellas contienen suficientes elementos pesados como para formar planetas similares a la Tierra, están suficientemente lejos de catastróficas explosiones de estrellas supernova y han existido por lo menos durante 4.000 millones de años.
 
"Esa antigüedad", explica el artículo, "es el tiempo que los científicos creen que se necesitó para la evolución de formas de vida complejas en la Tierra".
 
"Identificamos una zona galáctica habitable en una región anular ubicada entre 7 y 9 kiloparsecs desde el centro de la galaxia, que se ensancha con el tiempo y la componen estrellas formadas hace entre 8.000 y 4.000 millones de años", indicó Lineweaver.
 
El parsec es la unidad que usan los astrónomos para expresar las distancias entre estrellas y galaxias, y equivale a 3,26 años luz. Es decir que un kiloparsec equivale a 3.260 años luz.
 
El artículo aclaró que este estudio no ha determinado que exista vida extraterrestre, sino que señala una región de la galaxia en la cual existen los requisitos para la existencia de formas de vida complejas.
 
El Sol, estrella central del sistema planetario en el cual se encuentra la Tierra, está a 8,5 kiloparsecs del centro de la Vía Láctea y la mayoría de los científicos le dan una edad de 4.600 a 5.000 millones de años.
 
El concepto de "zona galáctica habitable" lo acuñó el astrónomo Guillermo González -autor del libro "Planeta privilegiado"- quien la identificó como un estrecho anillo de estrellas en la región media de la Vía Láctea, que es precisamente donde se encuentra el Sistema Solar.
 
"La Vía Láctea contiene poblaciones de estrellas que pertenecen a un componente abultado, un componente de halo difuso, y un componente que es un disco espeso, y ninguno de ellos parece tan hospitalario para la vida como el fino disco descrito por este estudio", escribieron los autores del artículo.
 
"El bajo contenido de metales hace improbable que el halo y el disco espeso alberguen muchos planetas con características parecidas o similares a las de la Tierra", añadió el artículo.
 
"Del mismo modo, el componente abultado registra una elevada densidad de estrellas lo cual resulta en un campo de intensas radiaciones y encuentros más numerosos entre estrellas".
 
"No presumimos que la vida o la vida compleja sea probable" en el fino disco galáctico en el cual se mueve el Sistema Solar, agregaron.
 
 "Los resultados dependen de la premisa de que la escala de tiempo para la evolución biológica en la Tierra es representativa de lo que pueda ocurrir en otras partes".
 
El equipo de Lineweaver determinó asimismo que esa zona se ha ensanchado lentamente, tanto hacia el centro como hacia los lindes de la galaxia y ha incluido poco menos del 10% de las estrellas habidas en la Vía Láctea.
 
Casi el 75% de las estrellas que residen en la "zona galáctica habitable" tiene edades mayores que la Tierra, en un promedio de 1.000 millones de años más de antigüedad.
 
"Si a uno le interesa la posibilidad de que haya evolucionado una forma inteligente de vida extraterrestre, estos números deberían aconsejar la sobriedad", indicó Lineweaver. "Mil millones de años es mucho, mucho tiempo".