Siendo la educación un derecho al cual todos los ecuatorianos deben acceder, se torna incomprensible el hecho de que haya ciertos docentes universitarios avivatos.

Son maestros que no dudan en chantajear a sus estudiantes pidiéndoles a cambio de una buena nota, botellas de licor (y no de cualquier marca). Otros, en cambio, solicitan que les organicen fiestas en su “honor” con infaltable whiskey fino.

Muchos alumnos que somos de recursos económicos limitados no podemos acceder a tales proposiciones, corriendo el riesgo de reprobar la materia y peor aún, de no graduarnos.

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Se me hace difícil creer que se den situaciones de “docentes” que así actúan “dictando sus clases” tan campante. Espero que las autoridades educativas investiguen este tema y tomen medidas correctivas por el bien de los estudiantes que queremos un mejor Ecuador.

Carlos Arévalo
Guayaquil