Cuba ofreció ayuda sanitaria a Estados Unidos para  combatir el mal de la vaca loca que afecta a su rodeo vacuno y reiteró su  disposición a continuar importando carnes norteamericanas una vez solucionado  este problema veterinario, según un comunicado oficial conocido este jueves.
 
"Nuestras instituciones de investigación y desarrollo en la esfera de la  salud pecuaria, así como las personas que en estas laboran, están dispuestas a  cooperar con sus homólogos estadounidenses", señaló Pedro Alvarez, presidente  de la empresa estatal importadora de alimentos, en carta remitida a ganaderos  norteamericanos.
 
La oferta de cooperación efectuada por Álvarez -revelada por el diario  oficial Granma- fue dirigida el miércoles al presidente de la Federación de  Exportadores de Carne de EE.UU., Phillip Seng, y al presidente de la Asociación  de Ganaderos de ese país, Eric Davis.
 
Washington mantiene un embargo comercial contra Cuba desde 1961, pero La  Habana se acogió a una ley promulgada en octubre de 2000 para importar  alimentos desde Estados Unidos, mediante operaciones que deben realizarse al  contado y con previa autorización administrativa de las autoridades  norteamericanas.
 
Las compras cubanas a sus vecinos del norte comenzaron en diciembre de 2001  y se suscribieron contratos por 691 millones de dólares hasta fines de 2003,  según datos oficiales, entre ellos la adquisición de 1.000 cabezas de ganado en  pie, concretadas en octubre pasado.
 
La mitad de esas reses ya se encuentra en Cuba "después de haber pasado  satisfactoriamente todos los controles sanitarios", según la información de  Granma, en tanto las otras 500 cabezas "deberán llegar a la isla una vez que  Estados Unidos solucione el caso de encefalopatía espongiforme bovina", señala  el rotativo.
 
Pero Cuba "no cancelará ninguno de sus compromisos adquiridos con los  proveedores estadounidenses", precisó Alvarez en su carta tras expresar que  "somos de la profunda convicción de que el ganado estadounidense está llamado a  desempeñar un papel decisivo en el aumento de nuestra producción lechera y  cárnica", añadió.
 
Desde que Washington anunció la semana pasada la detección de un caso de  "vaca loca" en su rodeo, más de 30 países cerraron sus fronteras a las  importaciones de carne estadounidense, un mercado que reporta unos 3.000  millones de dólares anuales a los ganaderos norteamericanos.