Banderas, cintillos, una multitud agolpada en las ventanillas del estadio Atahualpa tratando de comprar una entrada y cientos de efectivos policiales, fue el ambiente que encontró Byron Vanegas (18) ayer, a las 11h10, cuando ingresó a la general  para coger puesto y esperar hasta las 16h45 que comenzaba el partido de Ecuador ante Perú por las eliminatorias 2006.

Junto con su hermano Carlos (17) y su amigo Édison Gallardo (17), con mochilas en sus espaldas, fueron los primeros hinchas en ingresar al Atahualpa, al que ellos llaman “la casa de la selección”.

En la parte externa del escenario deportivo, cientos de fanáticos cruzaban –desafiando a los vehículos– la avenida Seis de Diciembre, para llegar a tiempo y no quedarse  sin boletos. Aunque la derrota ante Paraguay había enfriado los ánimos, a última hora muchos se decidieron a ir al estadio.

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Ayer, los hinchas coparon las ventanillas. Llegaron ejecutivos con portafolio en mano, amas de casa, militares y hasta jóvenes que abandonaron sus clases en las universidades (como Jorge Yépez).

Pero al sector del Batán también acudieron peruanos. Personas de piel trigueña luciendo camisetas rojas y blancas con una leyenda: “Te amo, Perú”, dejaron de lado el cansancio por el viaje desde Lima para gritar “viva Perú”, ante la mirada y el respeto tricolor.

En el estadio unos esperaron pacientes, otros –como Édison Gallardo– sacaron protector solar para su piel, lo que no incomodaba, porque había que apoyar a Ecuador...