El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, está en medio de una polémica tras haber negado categóricamente que estuviera involucrado en un episodio comprometedor, del que por razones legales, no se puede hablar.

En una decisión sin precedentes, el príncipe de Gales divulgó el pasado jueves un comunicado que negaba toda veracidad a las acusaciones de un ex asistente, que sostiene haber sorprendido a un destacado miembro de la familia real, en una situación embarazosa.

Aunque el asunto es muy destacado por todos los medios de comunicación ingleses, el caso es muy confuso porque el príncipe ha negado algo que se desconoce, pero que parece lo suficientemente serio como para haberle llevado a emitir una nota oficial sobre ello.

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Rechazo
Su secretario privado, Michael Peat, se presentó el pasado jueves ante las cámaras de televisión, para negar el supuesto episodio, que calificó de ridículo y hasta irrisorio.
 
“Desafortunadamente, la persona que hace las declaraciones sufrió problemas de salud y efectuó otras alegaciones no relacionadas (con el príncipe) que han sido investigadas por la Policía y que resultaron no tener fundamento”, dijo Peat.

“Estoy absoluta y totalmente convencido de que las acusaciones no son ciertas”, añadió el secretario.
 
Según Peat, los príncipes Guillermo y Enrique están al tanto de los hechos y, “como siempre, apoyan a su padre”, acotó.
 
El diario The Guardian identificó a la persona que obtuvo una orden judicial para impedir que el tabloide The Mail on Sunday, publicara el pasado domingo, el contenido del episodio en cuestión.