Muchos personajes dieron relevante servicio al país, como herederos de la vocación  de sus mayores.

Páginas y tinta faltarían para un inventario de  personajes guayaquileños, especialmente hermanos, que dieron su aporte al  desarrollo y de la urbe natal y la patria. Incluso podríamos caer en odiosas comparaciones o en penosos olvidos.

Pero como la intención es recordar  algunas figuras  pioneras para exaltar en ellas el característico espíritu emprendedor natural de Guayaquil, realizamos la tarea y citamos unos pocos pero valiosos  ejemplos de esa acción fecunda en distintos campos. 
 
Forjadores de libertad
Recordemos a Vicente Ramón, Francisco Claudio  y Pedro José Roca Rodríguez,  próceres de la independencia  de 1820. El primero fue presidente de la República, el segundo  impulsó la aparición  de  El Patriota de Guayaquil, periódico símbolo de la región, y el tercero aportó al proceso emancipador.
 
Periodistas y escritores
En épocas posteriores estuvieron Carlos y Miseno Saona Acebo, que descollaron como filántropo-escritor y médico, respectivamente. Carlos y Juan Gómez Rendón en igual forma aportaron beneficios para la urbe.

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Los Castillo Castillo: María Piedad, Zaida Letty, Abel Romeo, Manuel Eduardo y José Santiago cultivaron las letras y el periodismo; y los Leví Castillo: Piedad (líder feminista), Roberto (médico)  y Vicente (político y escritor) testimonian una encomiable acción en sus respectivas ramas.

Empresarios y educadores
Los hermanos Luis Darío, Alfonso Armando y Jorge Villacrés Moscoso destacaron porque impulsaron el transporte marítimo nacional. De otro modo brillaron, asimismo,  Rigoberto y Enma Esperanza Ortiz Bermeo,  educadores. Y con el periodismo y la dirigencia institucional se identificaron   Luis Fernando, Jorge, Julio,  Washington y Hugo Delgado Cepeda. Asimismo, Alfredo (sociólogo)  y Luis (químico) Espinosa Tamayo; los abogados Héctor y Xavier Romero Parducci.

Emilio y Julio Estrada Ycaza, arqueólogo e historiador, en su orden, entregaron brillantes páginas de servicio,  similar a lo que hicieron los Huerta Rendón: Francisco (historiador), Luis Felipe (radiodifusor) y Raúl Clemente (jurista y político).

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No olvidemos a Aurelio y Leopoldo Carrera Calvo, valiosos como bombero y jurisconsulto, respectivamente.

Otros contemporáneos
Agustín, Rosa, Amado y Aurora Freire Potes brillaron en la  educación; y  Adolfo Jurado González que fue jurista y su hermano Alberto, deportista. Norma Plaza Aray de García, abogada, y Carlos Luis Plaza Aray, político, se suman a este breve recuento en el que debemos incluir a los Ledesma Vázquez: Gustavo (héroe nacional) y David (poeta).

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En el campo musical la lista es igualmente extensa con Mario  y Lucas Montecel; Amelia y Maruja Mendoza Montiel; Julio y Pepe Jaramillo Laurido; y, como caso especial Elina, Norka, Sonia e Ibsen Manzano Vela, que son reconocidos maestros de piano y concertistas.

De reconocida trayectoria son  Olga, Yolanda y Margoth Espinosa Santistevan, maestras. Pedro Jorge y Alfredo Vera Vera también se incluyen en la lista.

Alfredo, Enrique y Rodolfo Baquerizo Moreno  permanecen en la memoria de sus conciudadanos por la fecunda labor que emprendieron.

Alfredo (1859-1951) destacó en la literatura y la jurisprudencia. 

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Enrique (1868-1964) desarrolló intensa actividad política y desempeñó funciones públicas.

Rodolfo (1862-1945) sobresalió por su visión empresarial. Fundó el transporte urbano de Guayaquil y  estableció el American Park, sitio de distracción de grato recuerdo.