Este jueves dos personas perdieron la vida en la ciudad boliviana de El Alto, colindante con La Paz, como consecuencia de un choque entre fuerzas del orden y manifestantes, con lo que asciende a siete el número de muertos desde que comenzaron las protestas en el país hace 25 días.
 
Las víctimas son el minero de 59 años José Luis Atahuichi, que murió presuntamente por la detonación de una carga de dinamita, y el joven de 22 años Ramiro Vargas, que llegó ya cadáver al Hospital "Corazón de Jesús" de la población vecina de la sede de Gobierno, con un orificio en la cabeza.
 
Los decesos se produjeron a raíz de un enfrentamiento entre policías y unos 700 mineros, que llegaron a primeras horas de la mañana a la entrada de El Alto desde la localidad de Oruro, para unirse a las acciones de repulsa contra las autoridades.
 
En la carretera que une ambas poblaciones, a la altura de la zona de Senkata, a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad alteña, los manifestantes atacaron con dinamita y piedras a una flota de vehículos que era escoltada por militares y policías, relató a una emisora de radio local un pasajero desde su teléfono móvil.
 
Ante el ataque, los antidisturbios reprimieron a los mineros, lo que convirtió la vía en un campo de batalla donde se intercambiaron piedras, gases lacrimógenos, cargas de dinamita y balas.
 
Aproximadamente las 10h30 hora local (16h30 GMT) perdió la vida Atahuichi, al parecer por la detonación de una carga de dinamita que pretendía lanzar, señaló el comandante de la Policía boliviana, el general Jairo Sanabria, quien dijo haber encontrado sin vida al minero, que perdió la mano y una pierna por la explosión.
 
Un portavoz del Hospital "Corazón de Jesús", Félix Tolín, afirmó a EFE que a las 13h30 hora local (17h30 GMT) llegó al centro clínico el segundo cadáver, "con un orificio en la cabeza", aunque no pudo confirmar si el agujero fue causado por un proyectil.
 
Tolín declaró que, además de Vargas, durante la mañana fueron trasladados a la clínica 13 heridos, uno de los cuales tuvo que ser operado de urgencia de una herida en el cráneo, y se encuentra  en terapia intensiva.
 
Con las dos víctimas de hoy ascienden a siete los muertos desde que en los altiplanos del norte de La Paz se iniciaron los bloqueos de caminos hace prácticamente un mes.
 
Los cinco anteriores, un soldado y cuatro civiles, entre ellos una niña de 13 años, perecieron el 20 de septiembre, en un fuego cruzado entre fuerzas del orden y agricultores en la localidad de Warisata, a menos de 100 kilómetros de la frontera con Perú, en las cercanías del lago Titicaca.
 
Mientras la situación en El Alto, que este jueves cumplió su segundo día de paro cívico indefinido, permanece tensa, en el resto de Bolivia no existen hasta el momento incidentes, pese a que se registran bloqueos de carreteras esporádicos en algunas regiones.