La absolución emitida este jueves en Nigeria a favor de Amina Lawal, quien fue condenada a morir lapidada por haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, ha producido gran satisfacción y ha evitado un enfrentamiento entre los sistemas jurídicos islámicos y laicos del país.
 
Representantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos y feministas de todo el mundo celebraron la decisión de un tribunal islámico de apelación en la ciudad de Katsina, en el norte de Nigeria, de respaldar el recurso de Amina Lawal contra la condena a muerte, dictada en marzo de 2002.
 
La sentencia, que fue votada por cuatro jueces a favor y uno en contra, "significa la libertad para las mujeres, aunque todavía hay que hacer más para emanciparlas", dijo Hauwa Shekarau, presidente de las agrupación de Abuya (capital nigeriana) de la Federación Internacional de Abogadas.
 
En principio, según la ley islámica ("sharia"), ahora en vigor en Katsina y otros once estados del norte de Nigeria, después que su hija ilegítima, Wasila, cumpliera los dos años, el próximo 6 de enero, Lawal debería ser enterrada hasta el cuello para que se le lanzasen piedras contra la cabeza hasta matarla.
 
En la práctica, a Lawal, quien ya perdió un recurso anterior ante un tribunal islámico, aún le quedaba la posibilidad de recurrir al Tribunal Federal y al Tribunal Supremo, las dos máximas instancias judiciales de Nigeria.
 
Puesto que el propio presidente del país, Olesegun Obansanjo, ha prometido repetidamente que no permitiría la lapidación de nadie, era previsible que Lawal hubiera ganado el recurso ante un tribunal laico, pero a costa de sembrar aún mas discordia en un país fuertemente dividido entre musulmanes y cristianos.
 
Las dos comunidades se han enfrentado violentamente varias veces, con la pérdida de 2.000 vidas en una ocasión, en el año 2000, y unas 200 en diciembre del año pasado.
 
La autorización a partir de enero de 2000 a los más de 30 estados que componen Nigeria a adoptar la "sharia" si sus poblaciones así lo deseaban ha sido vista como un gesto hacia la comunidad musulmana, que podría reaccionar airadamente si las decisiones de "sus" tribunales fuesen suprimidas por los tribunales del Estado federal.
 
Desde que se pronunciase la condena contra Lawal, el Gobierno de Nigeria fue sujeto a las presiones internacionales, tanto de otros gobiernos, de instituciones internacionales y organizaciones no de gobierno (ONGs).
 
La coordinadora nacional de la ONG "Mujeres en Nigeria" (WIN, o "ganar", según sus siglas en inglés), Toro Oladapo, expresó la felicidad de las mujeres nigerianas ante la decisión de hoy y su "agradecimiento a todos los que se movilizaron en apoyo de Amina".
 
Oladapo dijo que WIN continuará "organizando a las mujeres y enseñándoles sus derechos", sobre todo con respecto a la "sharia", por la cual, dijo, más mujeres que hombres han sido acusados de adulterio.
 
Sin embargo, este jueves mismo se supo que un tribunal islámico ha condenado a morir lapidado a un hombre de 20 años por haber cometido sodomía con tres menores, quienes recibirán 50 azotes con una caña, cada uno.
 
Aunque seis personas han sido condenadas a muerte bajo la "sharia" desde su introducción en el norte de Nigeria, nadie ha sido ejecutado hasta ahora.
 
Sin embargo, a dos personas les ha sido amputada una mano por robo y muchas más han sido castigadas con latigazos en público por delitos menores.
 
En el caso de Amina Lawal, el tribunal de apelación determinó que los dos tribunales inferiores que la condenaron no le dieron oportunidad suficiente a la acusada para defenderse.
 
El presidente del tribunal el "Gran Jadi" del Estado de Katsina, Aminu Ibrahim Katsina, dijo que a pesar de que Lawal, una mujer analfabeta de 31 años, reconoció haber concebido a su hija fuera del matrimonio, fue engañada para sacar su confesión y no era consciente de las consecuencias.
 
El juez se hizo eco así de uno de los argumentos de la defensa de Lawal, que alegó además que durante el juicio su cliente no tuvo acceso a un abogado defensor, y que la concepción de su hija ocurrió antes de que fuera establecida la "sharia" en el Estado de Katsina.
 
Amina Lawal estaba divorciada, con tres hijos legítimos, cuando quedó embarazada de Wasila.
 
El hombre al que identificó como padre de la niña, Yahaya Mohamed, quien según Lawal había prometido casarse con ella, fue absuelto el año pasado por falta de pruebas.
 
Al salir este jueves del juzgado, Lawal, junto con su hija pequeña, fue inmediatamente llevada por la policía hacia su aldea, Kurami, a unos 200 kilómetros de la ciudad de Katsina, sin que pudiera contestar a las preguntas de los muchos periodistas que la esperaban.