Fue actor y director de teatro. En 1990 viajó a Cuba porque ganó una beca para estudiar cine.

A los 4 años recuerda que una de las primeras películas que vio fue El gato con botas, del francés Jean Cocteau. Dieciséis años después se vincularía indefinidamente con el arte cinematográfico al ganar una beca para estudiar cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en Cuba.

Ahora el cineasta guayaquileño Fernando Xavier Mieles Peña, de 32 años, cosecha logros en una carrera que jamás pensó se convertiría en la visualización de su vida y la de otros. En marzo pasado ganó por Prometeo deportado el gran premio al Mejor Guión Inédito en el Primer Festival Internacional del Cine Pobre en Gíbara, Cuba.

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Su premio consiste en 30.000 dólares en servicio para transferir su filme a 35 mm. Él debe conseguir el financiamiento y los recursos para la producción y posproducción. Aspira a rodar la mayor parte de la cinta este año.

Fernando habla pausado, a veces se entrecortan sus palabras, como si pensara cuidadosamente lo que va a decir. Mira fijamente a los ojos cuando escucha y con una sonrisa esquiva preguntas muy personales que comprometen sus sentimientos.

Tiene dos hermanos, Tomás (36) y Ximena (26). Con el varón era más cómplice cuando fueron niños, por ejemplo, cuenta que una vez, mientras vivían en la casa de Luis Urdaneta y Padre Solano, se escaparon juntos en la bicicleta y recorrieron toda la manzana. Para ellos era imposible salir porque esa zona es muy transitada por vehículos.

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El cineasta igual recuerda cuando Tomás no quería jugar con él, porque “yo pensaba en los muñecos y él tenía compañeros de su edad que jugaban a otras cosas”, dice.

A los 5 años construía historias con sus muñecos de plástico. Lo que disfrutó en el prekinder y la primaria era cuando hacían funciones de títeres. Domina el inglés, portugués y alemán.

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Estudió en el colegio Alemán Humboldt, donde también formó parte del grupo de teatro. También escribió pequeños textos teatrales y luego dirigió. Trabajó con colectivos como Gestus y El Juglar. Estudió medicina y literatura, sin embargo, se quedó con la segunda y el arte escénico.

Su vida cambió desde 1990 con su viaje a Cuba. Descubrió y sigue descubriendo con directores de cine como George Melié, Orson Wells, Charles Chaplin, Luis Buñuel, Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Andrei Tarkovsky y Stanley Kubrick, que el cine es un medio de libre expresión visual y sensitivo, capaz de reproducir lo intangible.

Prometeo deportado surge de la repatriación que tuvo en España, luego de abandonar Cuba en 1993. Desde ese año ejerció la docencia. Hace doce años se trasladó a la ciudadela Nueva Kennedy para vivir junto con sus padres, el médico Tomás Mieles y la profesora Margot Peña.

Le gusta fumar habanos. Antes consumía tres por día, ahora asegura que solo uno. Practica frecuentemente la natación. Prefiere leer el periódico que la televisión o la radio. Cuando escribe sus guiones lo hace por las mañanas. Ahora prepara junto con la productora Gato Tuerto dos documentales.

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