La demostración de fe dura un poco más de tres minutos, después sigue su camino. Eso lo hace en cada viaje, no puede fallar para que la imagen divina tampoco deje de protegerlo. Lleva 30 años como transportista y no ha sufrido ningún accidente. Sus colegas lo conocen como El Duro.

Relata que su fe en la imagen no solo lo protege sino que le permitió recibir un milagro. Hace tres años le diagnosticaron diabetes y comenzó a perder la vista. Su esposa lo acompañaba en el tráiler y le alertaba sobre los peligros de la vía.

“Le pedí a la Virgen que me ayude, puse toda mi devoción y cuando una noche me quedé a dormir en el camino, al despertarme, luego de tres horas, veía como antes, eso fue un milagro”, relata.

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No hay que tener miedo al diablo de Tandapi, eso es solamente una piedra. Hay que cuidarse mucho y no beber para no accidentarse en la vía, advierte.