La felicidad de ellas y sus familias tiene un origen, un solo nombre, el de un ser especial: Cynthia Adela Lucero Córdova (29), la ecuatoriana que el 17 de abril pasado perdió la vida, dos días después de colapsar en la Maratón de Boston.
Una hiponaremia encefalopática (hinchazón del cerebro debido a bajos niveles de sodio) no le permitió reaccionar más.
Cynthia no volvió a la vida, pero su cuerpo no murió del todo. Como fue su deseo, sus órganos fueron donados. El New England Organs Bank (Banco de Órganos Nueva Inglaterra), de Boston, se encargó de entregarlos a personas que esperaban un donante para seguir con vida.
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Hasta hoy solo se conoce el nombre de quien recibió el hígado. El de las otras personas que mejoraron su calidad de vida al recibir sus córneas, huesos, páncreas, piel, riñón, pulmones, intestino delgado, venas y arterias, no se ha hecho público. Enrique Lucero y Martha Córdova de Lucero, padres de Cynthia, deberán esperar para conocerlos.
Pero la obra de Cynthia, quien cuatro días antes de la carrera había obtenido el doctorado en psicología en el Massachusetts School of Professional Psychology, no comenzó con la donación de sus órganos. En su libro de vida dejó escritas páginas muy especiales que comenzaron en Guayaquil, donde siempre ayudaba a ancianos y niños.
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Con ese apego a la solidaridad fue a Estados Unidos, allá asistió a mujeres maltratadas, a niños, a enfermos e incluso a deudos de los fallecidos en el atentado del 11 de septiembre a las Torres Gemelas.
“Mientras el mundo lamenta tu partida, tu espíritu sigue vivo. Nos enseñaste cómo vivir y cómo dar. Cuatro millas más y fueras una corredora que llegó a su final en Boston. Cuatro millas menos y te convertiste en una heroína, una leyenda. Guíanos a través de las nubes del cielo”, son las palabras que –bajo el título ‘El Corredor Espiritual’– se plasmaron en el dorso de las camisetas que el pasado 27 de octubre se entregaron en un homenaje que le hicieron en Boston. Allí dejó una gran huella, por eso le harán un monumento y crearán la beca ‘Cynthia Lucero Córdova’.