Las Naciones Unidas no avalarán la propuesta del presidente Álvaro Uribe de crear unos cascos azules a la colombiana para garantizar el retorno de la población desplazada por la guerra a sus lugares de origen.
 
No forma parte del procedimiento de Naciones Unidas delegar o nombrar a fuerzas públicas colombianas como cascos azules en su propio país, aclaró este viernes el director del centro local de información de Naciones Unidas, Volker Petzoldt, en la emisora FM.

Uribe anunció el jueves un foro sobre el tema del desplazamiento, que quiere que soldados colombianos internacionalmente certificados, preferiblemente por Naciones Unidas, cuiden a 30.000 familias desplazadas en su regreso a casa y les garanticen su total seguridad frente a las amenazas de guerrillas y paramilitares.
 
Explicó que se trata de una especie de   cascos azules a la colombiana, que pueden ayudar a solucionar al problema del desarraigo, en un país donde el conflicto armado interno ha dejado en los últimos cuatro años más de dos millones de personas desplazadas.
 
Nunca se ha dado el caso de cascos azules operando en su mismo país de origen. En favor de la neutralidad se recurre a soldados de diversas nacionalidades que son enviados a zonas donde se cometen graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de guerra.
 
La idea de los   cascos azules a la colombiana había sido recibida con interés por distintos organizaciones humanitarias y sectores sociales, que se han quejado de la falta de preocupación gubernamental sobre el tema.
 
Ese es un buen mecanismo, tenemos que buscar todos los instrumentos que sean posibles para combatir la violencia que hay en Colombia y ese mecanismo tendría la garantía y el apoyo de un organismo como las Naciones Unidas, que goza de toda la credibilidad en el mundo entero, afirmó el jueves el Fiscal General, Luis Camilo Osorio.
 
Petzoldt, que consultó a Nueva York la posición de Naciones Unidas sobre el tema, anunció que en una o dos semanas el organismo internacional presentará el gobierno un plan de acción humanitaria destinado a aliviar el drama del desplazamiento forzado en Colombia y el sufrimiento de la población civil en la guerra.
 
Uribe se ha reunido tres veces este año con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para analizar el curso del largo conflicto armado, que deja unos 3.500 muertos por año.
 
El mandatario ha solicitado a las Naciones Unidas sus   buenos oficios para explorar las posibilidades de diálogos tanto con guerrillas como paramilitares, siempre que estos grupos se comprometan a decretar un cese del fuego.