El ex presidente interino Fabián Alarcón Rivera lleva la política en la sangre. Su abuelo, el coronel Daniel Alarcón, fue uno de los jefes guerrilleros conservadores de Chimborazo. Su padre, Ruperto Alarcón, abogado brillante, recibió el apodo de Rupango Feroche y era famoso por su oratoria para denostar a sus contrincantes.

En las décadas de 1930 y 1940 se destacó en el Congreso. Cuando Galo Plaza llegó al poder en 1948, el Parlamento lo nombró Contralor del Estado. Pese a que fue destituido por los diputados, la simpatía ciudadana lo llevó al Legislativo otra vez.

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Fue postulado a la Presidencia por el conservadorismo en 1952, pero lo superó José María Velasco Ibarra, quien lo nombró Embajador en España. Ello significó su retiro político.

Cuando su hijo, Fabián Alarcón, se afilió al Frente Radical Alfarista (FRA) sus antepasados conservadores “deben haberse revuelto en sus tumbas”, comenta el historiador Jorge Salvador Lara.

Conocido como Cinturita, Fabián Alarcón ha realizado alianzas con la izquierda, la derecha y el populismo; presidió el Congreso en dos ocasiones y este lo llevó a Carondelet tras la caída de Abdalá Bucaram en 1997, como presidente interino hasta 1998.

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