El problema de la homosexualidad entre los religiosos fue abordado también durante la primera reunión de trabajo celebrada en el Vaticano con el papa Juan Pablo II y los cardenales de Estados Unidos y la curia romana.

“La lucha continúa. Es importante que se combata para que los seminarios y los noviciados no sean dominados por homosexuales”, afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, monseñor Wilton Daniel Gregory.
Gregory se refirió también a la homosexualidad dentro de los seminarios al afirmar que en muchos de ellos existe “una atmósfera homosexual”, y aseguró que los obispos están haciendo “un gran esfuerzo para que las estructuras de la Iglesia Católica no estén dominadas por la homosexualidad”.

A este respecto, relató que algunos jóvenes que pretendían ser curas abandonaron los seminarios “asustados” por el clima de homosexualidad que se respiraba en muchos de esos centros.
 “No solo no serán dominados por homosexuales, sino que los candidatos van a recibir todo tipo de asistencia, psicológica, emocional, espiritual e intelectual”, afirmó.

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 En Ecuador
El sacerdote Marcos Pérez, rector del Seminario Mayor de Guayaquil, considera que los problemas que afectan a la Iglesia Católica estadounidense, así como a sus seminarios, son alejados de la realidad ecuatoriana y latinoamericana.
“Un seminarista de acá se dedica mucho tiempo a su trabajo, al estudio, el mismo ambiente lleva a la austeridad y al sacrificio, en cambio allá es otra realidad, más consumista, más de excesos”, expresa.

Aparte de las recomendaciones de rigor, sobre todo avaladas por un párroco, el aspirante a seminarista en el país, dice Pérez, está sometido a pruebas académicas y espirituales.

¿Y psicológicas?  “Bueno, cuando amerita el caso, si es que algún formador lo solicita, se lo hace”, responde el rector del Seminario Mayor.

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Asimismo, sostiene que quienes no cumplen con los reglamentos y doctrina son expulsados, y a quienes no se adaptan a este tipo de vida, se les pide que se retiren.