Respondo el llamado para expresar mi potencial divino.

Responder el llamado
Cuando siento el impulso de viajar, hablar con alguien o hacer alguna tarea, primero recuerdo que el principio divino trabaja siempre a mi favor, no en mi contra. Al tener presente esta verdad, me preparo para responder el llamado.

Recuerdo la promesa infalible de Dios de preparar el camino a medida que avanzo. Tengo la certeza que el ir en pos de mi llamado me coloca en el fluir divino. El espíritu me invita a acudir a mi interior por apoyo. Sigo su guía, sabiendo que el espíritu en mí es mayor que cualquier reto. Cuando respondo el llamado de Dios, el apoyo divino se pone en movimiento para que yo exprese mi potencial.

Publicidad

2 Pedro 1:3
Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. (F)