Dr. Eduardo Santillán
Ph.D. Neuropsiquiatra - Terapeuta

El abuso infantil es uno de los traumas más perjudiciales que puede sufrir y afectar a un menor, entre las consecuencias más graves a corto plazo se encuentran las siguientes: Físicas: Pesadillas y dificultades del sueño, alteraciones del apetito, pérdida de control de orina y/o materia fecal. Conductuales: Consumo de drogas y alcohol, fugas de casa o/y de la institución educativa a la que asiste, auto agresiones o conductas suicidas, hiperactividad, disminución significativa de su rendimiento educativo escolar.

Emocionales: miedo generalizado, agresividad, culpa y vergüenza, aislamiento, ansiedad, depresión, baja auto estima, rechazo a su propio cuerpo. Sexuales: curiosidad intensa sexual precoz e impropia para su edad, masturbación compulsiva, exhibicionismo, problemas de identidad sexual y/o agresividad sexual hacia otros bebes, infantes y/o niños.

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Sociales: disminución de sus habilidades sociales, incomunicación y retraimiento social, conductas antisociales. Costumbres o hábitos impropios. Existen consecuencias también a largo plazo que dan lugar a patologías definidas. Tal es el caso de: Resultados Físicos: dolores severos, hipocondría (creer que toda enfermedad les acaece o trastornos psicosomáticos), alteraciones del sueño y pesadillas continuas, problemas estomacales y/o digestivos, desarreglos alimenticios. Resultados Conductuales: Tentativa/s de suicidio, consumo de drogas y alcohol, trastorno de identidad y existencialismo... (O)