Aunque un gato no puede cumplir las mismas instrucciones básicas de un perro, como sentarse o dar la pata, sí se puede moldear su comportamiento en general, sobre todo por aquello que no debe hacer dentro de la casa, o fuera de ella.

“Para educarlos, primero debemos entender que los gatos son independientes, a ellos no les gusta recibir órdenes, son muy diferentes a los perros, que son más sociables... Lo que podemos lograr es que siga pautas u olvide comportamientos inadecuados, como lastimar los muebles o subirse adonde no debe”, explica la veterinaria Gabriela Mejía.

Para corregirlo, agrega, se lo debe hacer apenas cometa el acto de indisciplina, entonces se le aplicará un castigo, que no consiste en agresiones físicas ni verbales, aclara la especialista.

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“Por ejemplo, si se sube a la mesa, salpique unas cuantas gotas de agua para que se baje, o también podemos generar un ruido que al gato le moleste para que lo entienda como algo negativo”, detalló la veterinaria.

Otra conducta inadecuada que suelen presentar los felinos, según Mejía, son los arañazos y mordiscos a las personas, eso puede responder a su instinto cazador. “Eso se debe corregir desde que son cachorros; en los juegos, a veces, dejamos que nos muerdan las manos, aunque no es tan fuerte como para lastimar, el gato crecerá y entonces sí podría ser un problema”, advierte.

La educación, añade, dependerá también de la personalidad del animalito. Si es un gato que se asusta con cualquier cosa, hay que tener más cuidado, el corregirlo puede terminar por afectarlo. Y si es agresivo y casi incontrolable, lo ideal es acudir a un especialista. Es necesario tener cuidado con estos dos extremos, para no afectarlo y perder la confianza del animalito, señaló la experta. (F)

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Personalidad

A la hora de educarlo se debe tomar en cuenta la personalidad del animalito, si es muy tímido o muy agresivo.