Dos de los principales experimentos efectuados hasta ahora en la naturaleza en Europa y Canadá han confirmado la nocividad de los insecticidas agrícolas neonicotinoides para las abejas y otros polinizadores expuestos.

Los resultados de dichos estudios, publicados este jueves en la revista estadounidense Science, revelan también que el medio ambiente local y el estado de salud de las colmenas pueden modular los efectos de los neonicotinoides, conocidos como pesticidas "asesinos de abejas" y ampliamente utilizados en la agricultura.

Estas sustancias químicas, que actúan sobre el sistema nervioso de los insectos, tienen "efectos netamente perjudiciales" en estos polinizadores esenciales, particularmente en una neta reducción de su reproducción y en un fuerte aumento de su mortalidad, concluyen estos trabajos financiados en parte por el grupo alemán Bayer y el suizo Syngenta.

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El primer experimento fue realizado sobre un total de 3.000 hectáreas en Reino Unido, Alemania y Hungría, y los investigadores constataron que una exposición de las abejas a cosechas de colza cuyas semillas habían sido tratadas con dos de los neonicotinoides utilizados en agricultura, reducía la tasa de supervivencia de las colmenas en invierno en Hungría y Reino Unido.

En las abejas alemanas se constataron menos efectos negativos.

Según Ben Woodcock, un entomólogo del Centro para la Ecología y la Hidrología (CEH) de Gran Bretaña y autor principal de este estudio, las diferencias de impacto de estos insecticidas en la viabilidad de las colmenas de los tres países podría explicarse por el acceso a plantas que no hayan sido tratadas y al estado de salud de las colonias. Así, en Alemania, las colmenas tenían mayores poblaciones en buena salud y más acceso a un largo abanico de flores salvajes para libar.

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El segundo experimento fue efectuado en Canadá y mostró que las abejas obreras y las reinas de las colmenas morían antes en contacto con neonicotinoides y que la salud de las colonias se había debilitado.

"La cuestión de la verdadera exposición de las abejas a los insecticidas es controvertida y suscita un debate desde hace tiempo", señaló Amro Zayed, biólogo de la británica Universidad de York y principal autor de ese estudio.

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Tras estos estudios "no podemos seguir afirmando que los neonicotinoides en la agricultura no perjudican a las abejas", concluyó David Goulson, profesor de biología de la universidad británica de Sussex. (I)