Joey Barge, un británico de 20 años trabajador de un centro de llamadas (call center), protagonizó una curiosa escena en su lugar de trabajo. Cuando este joven llegó a la oficina le dijeron que no podía entrar en pantaloneta, por lo que debía ir a cambiarse a su casa. 

Barge cumplió con la petición. Regresó a su casa para cambiar la pantaloneta, pero no por un pantalón largo, sino por un vestido de su mamá, vestimenta con la que volvió a su oficina en señal de protesta.

El joven documentó toda su 'lucha' por la igualdad a través de Twitter. Justo antes de salir rumbo a su casa para cambiarse de ropa publicó el siguiente tuit: “Si las mujeres pueden vestir faldas/vestidos en el trabajo, ¿puedo yo vestir pantalones cortos también?” “Te veo pronto, Twitter. Seré enviado de nuevo a casa pronto”, agregó.

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Su lucha dio resultado, en parte. Sus jefes escucharon sus protestas y le permitieron que los varones puedan usar pantalones cortos, no así vestidos femeninos. “¿Victoria parcial” indicó Barge. (E)