Oro por mis seres queridos, consciente de la presencia de Dios en ellos.

Orar por otros
Mantener a otros en oración es una actividad poderosa y sagrada. Alineo todo mi ser –incluyendo lo que pienso, digo y hago– con la presencia sanadora y protectora de Dios. Al orar, reafirmo la fuente interna de guía y curación en cada persona. Dejo ir toda preocupación y ansiedad acerca de mi ser querido diciendo: "Te bendigo y te entrego al amor y cuidado divinos". Oro con fe en que ellos están conscientes de su fuente espiritual y sienten el amor de mis oraciones. El poder que me brinda el dejar ir aclara mi mente. Tengo confianza en que mis seres queridos están seguros y a salvo, y que son guiados a su mayor bien. Siento gratitud por la presencia de Dios en cada persona y en toda necesidad.

Santiago 5:16
Oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva. (F)