Doy gracias a Dios como mi fuente y provisión.

Prosperidad
Cuando confío en el mundo externo como la base de mi abundancia, puede que sienta temor e incertidumbre. Mas al recordar que Dios es mi recurso infalible e ilimitado, siento paz. Una conciencia de Dios es la única fuente de mi bien. Mi corazón rebosa con gratitud al reflexionar en esta realidad. En Espíritu, tengo acceso ilimitado a todo lo que necesito para llevar una vida plena y satisfactoria. Cultivo una conciencia del Espíritu infinito cada día. Dicha conciencia me enriquece continuamente con ideas divinas, ingresos y bendiciones inesperadas. Doy gracias a medida que mi mundo se expande exponencialmente, en proporción directa a mi fe siempre creciente.

Deuteronomio 28:12
El Señor te abrirá su tesoro de bondad, que es el cielo, y en su tiempo te enviará la lluvia a tu tierra, y bendecirá todo lo que hagas. (F)