Agotada. Así me sentí por un momento en estos dos últimos meses de mi vida virtual y por ello dejé las redes a un lado. Me cansé de leer insultos, mentiras, rumores declarados como verdades absolutas y, sobre todo, mucho odio. Encontré peleas de amigos y bloqueos. Me llamó especial atención la historia de @SignoriGabriel en Twitter, quien por hacer uso del sarcasmo en un mensaje, fue mal interpretado y su mensaje fue llevado incluso a noticias de la televisión pública, desatando insultos y hasta amenazas contra su vida y la de su familia.

Para @SignoriGabriel, lo que le trajo problemas fue el eco que tuvo esa tergiversación. Quienes comprendieron lo que quería decir, se disculparon. Pero quienes leyeron el mensaje del mensaje del mensaje, se quedaron con la idea de que éste era un “odiador". Su afán de salir a defender a los habitantes de Manabí por lo que habían sufrido a causa del terremoto de hace un poco más de un año, le causó graves consecuencias. Y el medio audiovisual que publicó la mala interpretación de lo que él había dicho debió rectificar y pedir disculpas, como la ley lo exige.

En medio del caos, el sarcasmo es un arma de doble filo. Percibí que los usuarios de redes leían los mensajes con sangre en el ojo, con rabia y también con poca luz. Y desde esa oscuridad nos movimos todos. Un mensaje conciliador era mal visto, al punto de ser considerado cobarde o extremista. Qué curioso que cuando uno quería estar en el centro de ambos extremos, los demás lo podían considerar a uno extremista. Eso nunca lo entendí.

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Ahora las luchas continúan, los bandos se siguen atacando, las personas se distancian y no hay nuevas lecturas que no sean de lo mismo. En medio de estos largos días de oscuridad emocional, mi búsqueda me llevó a otros temas y otras fuentes, no con el afán de evadir una realidad sino de nutrir de nuevas ideas y pensamientos los muros virtuales. Algunos lo acogieron con agrado, pero también hubo otro que me bloqueó. Es lógico, pues cuando se enciende la luz desaparece la oscuridad.

Algo que recordé y afiancé en este tiempo de desacuerdos fue que todos, no solo periodistas, sino todos los seres humanos que queremos comunicarnos con otros, debemos recurrir a la fuente original. Por ejemplo, si nos dicen que la ONU declaró la tercera guerra mundial, busquemos directamente los canales de comunicación que esta ONG tiene en las redes y verifiquemos. Hacer eso antes de retuitear o de pasar por Whatsapp a todos los grupos posibles, puede prevenir algunos infartos.

Recordé también que callar, dejar de leer y apartarse un tiempo es tan saludable como tomar sol o beber agua. El silencio es necesario, como también lo es informarse bien. En silencio puedes discernir lo falso de lo verdadero, en silencio puedes elegir mejor. Pero el ruido que hicimos nos mareó, nos confundió y a algunos los separó. Encontrar el silencio en medio del bullicio es encontrar conciencia. (O)

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chunterdg@gmail.com
Twitter: @conniehunterdg