Refiriéndose a Vidas escritas (Editorial Alfaguara), Javier Marías –un perenne candidato al Premio Nobel– ha dicho que este ha sido el libro que más placer le ha provocado. Y no es para menos. Es un libro muy divertido, en el cual el lector logra conocer algo sobre la vida de algunos gigantes de la literatura contemporánea a través de amenas anécdotas, muchas de ellas excéntricas, y hasta desastrosas, como dice el propio Marías.

Los protagonistas seleccionados por el autor pasan la veintena, e incluyen íconos como William Faulkner, Joseph Conrad, James Joyce, Ivan Turgenev, Madam Du Deffand, Robert Louis Stevenson, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Henry James, Malcolm Lowry, Arthur Rimbaud, Oscar Wilde, Violet Hunt, Emily Brontë, Arthur Conan Doyle, Julie de Lespinasse, Vernon Lee y Vladimir Nabokov.

La selección no deja de ser algo arbitraria, pero es inevitable en este tipo de libros. En todo caso, los autores provienen de varias partes del mundo, y de diversos períodos de la época contemporánea. Y el lector disfrutará de cada uno de los pincelazos que Marías da a la vida de estos escritores.

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De William Faulkner nos enteramos, por ejemplo, de que fue despedido de la oficina postal de la Universidad de Mississippi, pues odiaba que lo interrumpieran mientras estaba leyendo. El escritor le dijo a su familia que no soportaba levantarse e ir a la ventanilla a atender a gente que venía a comprar estampillas de dos centavos.

Henry James era tan puntilloso para expresarse que para hacerle la más sencilla pregunta a un empleado se demoraba mínimo tres minutos en formulársela.

Lampedusa –el último príncipe de una larga dinastía–, por su parte, no hizo otra cosa que leer durante su vida. Muy temprano de mañana salía de su villa para instalarse en un café de Palermo y leer el resto del día. En una ocasión terminó una extensa novela de Balzac en cuatro horas. Su esposa cuenta que él siempre tenía a la mano obras de Shakespeare, pues su lectura le ayudaba a superar cualquier disgusto. Su gran obra, El gatopardo, la escribió al final de sus días, pero fue publicada después de su fallecimiento, pues en vida las casas editoriales se la rechazaron. Y así por el estilo. El libro puede ser adquirido en la editorial Alfaguara.

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Nota: Con respecto a mi anterior artículo, debo aclarar que muchas de las obras de Irene Nemirovsky pueden también adquirirse tanto en las librerías Vida Nueva de Guayaquil (locales Plaza Quil y Las Terrazas) como Rayuela de Quito. (O)

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