Pregunta: Tengo más de 10 años de casado, me casé joven y a mi esposa le gustaba cuidar su apariencia personal, hacía ejercicios, y esa fue una de las razones por las que me enamoré. Ahora todo ha cambiado y tengo en casa una persona que es descuidada en su apariencia, ha subido de peso y no le interesa en lo absoluto mejorar.

Tenemos hijos, somos una familia estable y yo la amo, pero no sé cómo lidiar con este tema. No es bonito llegar a casa y encontrarse con una mujer opuesta a la que uno eligió, hablando específicamente de este aspecto, porque en lo demás es una mujer maravillosa.

Para mí es una lucha constante interior que intento no exteriorizar, pero me está costando. Yo entiendo que con los años todos cambiamos, pero somos jóvenes y desde mi punto de vista siento que ella a veces no me quiere, por la manera en que asume este tema, aunque en el fondo sé que sí me quiere.

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No sé si yo soy el que tiene problemas, a mí no me gusta la mujer subida de peso, y por más que lo intente no puedo dejar de pensar que ella no lo toma en cuenta y persiste en no cuidarse.

Anónimo, Quito

Respuesta: Estimado lector, su inquietud es totalmente legítima, no hay nada de incorrecto o injusto al esperar usted que su esposa cuide su apariencia después del matrimonio.

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Es importante tener en claro que cuando nos enamoramos hay muchos factores que inciden en esa decisión, entre esos está la apariencia física. Obviamente, no es lo único ni lo más relevante en la relación, pero sí tiene un mensaje de estética, salud, perseverancia y hasta de autoestima.

Considero que es necesario que usted dialogue con su esposa y que con mucho tino exponga su punto de vista; es posible que ella ni imagine lo que usted piensa, o tal vez entre sus creencias está que, al casarse, ya no importa cómo lucimos.

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No oculte ni disimule más, ya que eso solo empeorará la situación.

Sonnia Navas Gafter,
Psicóloga clínica, magíster en terapia familiar sistémica.
Telf.: 098-978-4505.
(F)