Pregunta: Tengo 38 años y mi novia 32, soy muy católico y conservador. Nos íbamos a casar, quedamos en respetarnos hasta el matrimonio; ella me dijo que era virgen y que quería cumplir con el sueño de casarse de blanco. Ahora que nos casamos por lo civil, me dice que no es virgen y que la perdone. Me siento muy mal, la quiero dejar, le tengo rencor, pero la amo.

Adonis, Cuenca

Respuesta: Adonis, quisiera que piense que el amor es comprensión, es deseo de hacer feliz a la otra persona, es un sentimiento que nos hace sentir con más intensidad, es el querer estar siempre acompañado por la pareja, llenándole de ternura, paz y felicidad. Si usted ama así, siga en sus planes de matrimonio, sea capaz de perdonar, no le guarde rencor y valore lo que ella contó, pues seguramente fue valiente al enfrentar la consecuencia de un acto anterior.

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Un conflicto superado puede fortalecer el lazo de unión entre ustedes. En el amor no se espera todo de la otra persona, sino que se la acepta tal como es. El que se crea apto para el matrimonio tiene la necesidad de comprender a la otra parte en sus vivencias y su conducta. Recuerde que el amor crece más cuando se siente el apoyo de la pareja.

En la época actual, la mentalidad masculina se ha modificado y tras una conversación sincera y leal usted puede responder desde un punto de vista maduro, comprensivo y sobre todo no agresivo, ya que el sentimiento de culpa ya lo tendrá ella. Si usted es capaz de asimilar esta confesión que le hizo, y ama de verdad a esta mujer, ¡cásese! Pero no lo haga si es incapaz de amar de verdad. (F)

Susana T. de Rumbea,
Psicóloga clínica.
Telfs.: 288-1875, 098-893-9539.