Sensación de llenura y pérdida de grasa es lo que prometen algunas pastillas adelgazantes si la persona las consume. Sin embargo, especialistas en salud y nutrición aseguran que estos productos pueden tener efectos no favorables cuando se las ingiere sin vigilancia médica.

Ruth Yaguachi, dietista y docente de la materia de Nutrición en Espol, asegura que el consumo de fármacos, utilizados para la reducción de peso, es considerado un auxiliar del plan de alimentación cuando ha existido un intento fallido de bajar medidas con la dieta y ejercicio.

“El médico es el único profesional habilitado para prescribir un tratamiento farmacológico para la reducción de peso según el diagnóstico clínico del paciente, generalmente se prescriben a aquellos que presentan enfermedades como diabetes tipo 2 o hipertensión arterial”, comenta Yaguachi.

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En tanto, el dietista guayaquileño Juan Carlos Ledesma explica que “una persona que se siente pasada de peso y comienza a automedicarse con estas pastillas se está envenenando” y resalta que este tipo de fármacos, incluso en la dieta, debe ser utilizado por poco tiempo.

Sobre los efectos que pueden producir estas pastillas, si se las toma sin control, según la nutricionista Ingrid Izurieta, están mareos y debilidad, porque hacen que la persona baje calorías de manera abrupta y estas son necesarias para la energía; incremento de la frecuencia cardiaca debido a algún tipo de energizante dentro de los componentes; y problemas en el hígado, ya que es el órgano que sintetiza todo lo que ingerimos al comer.

“El médico da la dosis adecuada para que esto no pase. Las mujeres que están dando de lactar no deben ingerirlas en absoluto. Después del periodo de lactancia se debe empezar solo con ejercicio físico”, recalca Izurieta.

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La endocrinóloga Adriana González Neira, de la clínica Kennedy, agrega que antes de empezar una dieta se debe determinar, mediante examen médico, cuál es la causa de la obesidad. “El tipo de fármaco variará si la persona está obesa por una enfermedad o una mala alimentación”.

Enfermedades como tiroides, diabetes, insulina alta, o algún trastorno en las glándulas renales “exigen un tratamiento con estos fármacos”. Si se trata de una mala alimentación “siempre el ejercicio y la dieta serán la primera recomendación del médico antes de recetar alguna pastilla”, asegura González.

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El endocrinólogo quiteño Fabricio Villarruel descarta el consumo de alcohol en ambos casos y explica que la obesidad tiene factores bifactoriales. Están los factores genéticos y ambientales.

“Lo ambiental es cómo estamos acostumbrados a comer desde niños y en lo genético está la herencia de una familia de contextura gruesa, cuando hay miembros que son delgados se debe al metabolismo que actúa de forma individual a la genética”, dice Villarruel.

Respecto a las adolescentes asegura que al consumir estas pastillas arbitrariamente pueden desarrollar cuadros de anorexia. “No pueden ingerir fármacos irresponsablemente”, indica. (F)