A 30 kilómetros al sur de Quito está el valle de Machachi, rodeado de volcanes: nevado del Cotopaxi, Ilinizas, Pasochoa, Rumiñahui y otros que son fuente de agua que se filtra por los páramos y atraviesa la roca volcánica que contiene diversos minerales.

Lo explica el técnico de la firma Tesalia, Galo Romo Leroux, quien añade que al atravesar el agua todos estos estratos volcánicos llegan a un acuífero subterráneo cargado de minerales como calcio, hierro, magnesio, potasio.

Esta recarga natural tiene otro aporte de la naturaleza que es el CO2. Esto produce la burbuja que se entrampa en el acuífero y sale hacia la superficie a través de un complejo de fallas. “Esto es lo que yo llamo un milagro geológico de la naturaleza, porque no se presenta en todo el mundo”, asegura.

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Esta agua mineral natural se embotella y se lleva a la comercialización desde el acuífero subterráneo. Romo Leroux advierte que este es un recurso mineral renovable en la medida en que se lo cuide, por ello la empresa tiene un plan de mitigación y manejo ambiental.

Revela que con el Fondo Nacional del Agua (Fonag) trabajan en la conservación de la microcuenca del río San Pedro. El primer paso es la reforestación de la zona y un programa de difusión de las características del agua y de su cuidado en la comunidad.

En la actualidad se bombea aproximadamente de 3,5 a 4 litros de agua por segundo, pero el caudal es tres veces mayor, según Romo Leroux.

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El experto dice que están controlados por la Senagua (Secretaría Nacional del Agua) que es con la que se firma la concesión del recurso y obliga a tener planes de mitigación. (I)