La zumba y la bailoterapia no es lo mismo, “hay mucha diferencia”, indica el chileno Rodrigo Díaz, especialista en educación en zumba.

“La gran diferencia que tiene zumba con todos los otros programas de baile o los de fitness, primero que trabaja con un sistema de entrenamiento intermitente, que trabaja con una canción más arriba y otra más abajo, y eso genera mayor gasto calórico”, dice Díaz, quien visitó el país para impartir la certificación de strong by zumba.

El chileno asegura que con una clase de zumba se quema más grasa que en cualquier otro tipo de clase convencional.

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Las coreografías se construyen a base de una fórmula, por lo que cada tema de la canción lleva un paso trabajado en progresión, es decir hay variaciones de ejercicios. “Nosotros (los instructores) tenemos que disfrazar el ejercicio”, apunta.

En una clase de zumba tiene que haber una cantidad de ritmos, “es una obligación, debe tener el 70% de clase diferentes géneros”, enfatiza Díaz.

Además de reducir las enfermedades a causa de la obesidad, trabajar el sistema cardiovascular, quemar entre 600 y 800 calorías por clase y mejorar la coordinación, el chileno señala que también tiene factores psicológicos muy importantes que hacen parte de los beneficios.

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“Al hacer un ejercicio cardiovascular te genera endorfina, la gente anda más feliz, hay alumnas que han llegado con tratamiento farmacológico y a los dos o tres meses dejan de tomar las pastillas”, explica.

El experto señala que al practicar zumba los resultados “no se ven tanto en la baja de peso se ven en la baja de tallas, al mes ya se empieza a ver que la carita se bajó, que el doble cuello se fue, que el rollito de a lado está bajando (...)”, sostiene.

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Finalmente, sugiere combinar los varios tipos de zumba, entre ellos: regular (baile) y tonic (uso de mancuernas). (I)