“Utilizar la comunicación de todas las maneras posibles, con la ayuda del periodismo, del Gobierno, de la ciudadanía y del público en general”, para mejorar el contacto entre la ciudadanía y la Orquesta Sinfónica de Guayaquil (OSG), es uno de los planes del maestro argentino Dante Anzolini, quien en abril asumirá su cargo como director titular.

“Las iniciativas incluyen llamados a compositores de música inédita, concursos para jóvenes músicos, integración de coros de la ciudad en el repertorio, conciertos en los barrios, clases magistrales con solistas invitados (...)”, señala.

Dejar una impronta que se traduzca en resultados sonoros demostrables en los mejores, más cuidados, consistentes y bellos sonidos; que las interpretaciones demuestren un gran respeto por el trabajo de los compositores, por lo que espera ser considerado un aliado de los compositores nacionales.

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Además plantear una serie de distintos ciclos de importantísimos compositores: Bach, Beethoven, Mahler, Stravinsky, Bartok, Ravel, Verdi, entre otros, en todos los casos posibles, también consta entre los objetivos de Anzolini frente a la OSG.

Como “fundamental” califica, el también compositor y pianista, la importancia de las sinfónicas para el desarrollo musical en una sociedad.

“Es la antorcha viva de la tradición, la máquina del tiempo que trae a la vida a nuestros monumentos sonoros. Es, además, la portavoz de la música de hoy, de los compositores vivos y de la producción nacional. Una sinfónica es un estandarte de defensa del patrimonio cultural y un vehículo vivo que produce en el público placer auditivo, además de sanas polémicas y fructífera participación real”, sostiene.

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Además dice que “la orquesta debe responder a los intereses de todos los niveles sociales, de todos los espectros ideológicos y apetencias estilísticas, para de esa forma consolidar una actuación destinada al crecimiento del patrimonio nacional”.

El ítalo-argentino indica que como símbolo de trabajar con música ecuatoriana en su primer concierto incluirá la Suite ecuatoriana de Segundo Moreno, “que no ha sido tocada por la orquesta (...)”. (I)