Una casa hecha toda de espejos prácticamente desaparece con el reflejo en su fachada del desierto de California, Estados Unidos, un deleite para cualquiera con una cámara.

Se trata de Mirage (Espejismo), de Doug Aitken, que forma parte de la exposición Desert X, que exhibe obras de 16 artistas internacionales a lo largo del valle de Coachella.

La exposición se extiende hasta abril, aunque Mirage estará allí por seis meses. Ya atrajo a miles de visitantes, entre hipsters, amantes del arte y residentes de la zona, que tienen difícil asistir a museos. “Tenemos más de 5.000 personas cada fin de semana”, más de lo esperado, explicó Neville Wakefield, curador de Desert X.

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Con el éxito, Los Ángeles y Palm Springs se están convirtiendo en un nuevo imán creativo, en el extremo opuesto de Nueva York, reino de las grandes galerías, museos y desfiles.

El cambio económico, por una parte, con muchos artistas huyendo de los alquileres exorbitantes de Nueva York, y un cambio filosófico en línea con la conquista del Oeste.

Hay también obras que están dedicadas al duro trabajo de los inmigrantes, sobre todo en esta región cercana a la frontera con México, donde el presidente Donald Trump prometió construir un muro para frenar la inmigración ilegal.

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Es un pensamiento que llega cuando se ve el trabajo de la suiza Claudia Comte, que levantó uno que ondulaba, con líneas negras que generaban una vibración óptica. (I)