La demencia senil no solo afecta a los seres humanos, sino también a los animales domésticos. Según la raza y el tamaño, en un perro ya se pueden presentar los primeros síntomas con ocho años.

Los gatos tampoco están exentos de sufrir esta enfermedad y casi la mitad de estos animales mayores de 15 años muestren signos de senilidad.

A menudo, las mascotas pierden la orientación, incluso en el propio hogar y deambulan sin parar. Además, disminuye el interés por sus cuidadores y por su entorno.

Publicidad

El perro ladra y el gato maulla mucho más de lo normal, disminuye su apetito y ya no mantiene las conductas habituales de limpieza. Todo esto puede ser un síntoma de enfermedad o simplemente un proceso normal de envejecimiento.

Un síntoma típico en los perros es que pierde el interés en el juego y casi no reacciona a los llamados o pedidos de su dueño, señala el especialista en comportamiento animal Ronald Lindner.

"Hay que ir descartando para hacer un diagnóstico", indica Thilo von Klopmann. Muchas veces el dueño de la mascota cuenta de los cambios del animal recién cuando el veterinario se lo pregunta. Piensan simplemente que son signos de vejez de su mascota, agrega Klopmann.

Publicidad

Al igual que en las personas, en los animales la demencia comienza lentamente. Hay días mejores y peores, pero en general la tendencia es que vayan desmejorando.

Algunos medicamentos pueden retrasar el progreso de la enfermedad, por ejemplo la propentofilina, que se usa en la medicina humana y que sirve para aumentar el flujo sanguíneo en el cerebro. También hay alimentos especiales para perros con demencia senil que contienen antioxidantes. Estos actúan contra las inflamaciones en el cerebro y por lo tanto mejoran las capacidades mentales. Pero es importante que la enfermedad se detecte a tiempo.

Publicidad

En caso de que la mascota presente este comportamiento el dueño debe mostrar mucha comprensión. Es importante evitar cualquier estrés en el animal enfermo, recalca Lindner.

"Déle a su mascota la sensación de seguridad y calidez", aconseja la veterinaria alemana Anette Fach. (I)