Hoy, a las 10:00, se celebrará una misa en honor al escritor y crítico de arte ecuatoriano Hernán Rodríguez Castelo, quien falleció el pasado lunes a los 83 años, en Quito.

La ceremonia se realizará en la funeraria Memorial de la capital. Su hija Sigrid Rodríguez anunció la noticia en su cuenta personal de Facebook.

“Con el dolor de mi alma debo anunciar el fallecimiento de mi padre, Hernán Rodríguez Castelo. Sucedido esta tarde. Hoy subió a la cruz del Ilaló, almorzó ahí como cada lunes, rodeado de árboles y viento”, expresó Rodríguez en su publicación del pasado 20 de febrero.

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El escritor dedicó 50 años a la investigación académica en materia de teología, pensamiento, literatura e historia.

Panorama del arte ecuatoriano e Historia general y crítica de la literatura ecuatoriana son algunos de sus libros más importantes. Además de los cuentos infantiles Caperucito azul, Tontoburro, La historia del fantasmita de las gafas verdes, Memorias de gris y El gato sin amo.

En el año 1964 obtuvo el Premio Internacional de Literatura Infantil Doncel. También fue el responsable de armar la Biblioteca de Autores Ecuatorianos de Clásicos Ariel, en los años setenta, conformada por 100 tomos. Esta colección se convirtió en una especie de mapa literario del Ecuador. Fue miembro de la Real Academia Española.

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La Universidad Central del Ecuador le otorgó en el 2012 un reconocimiento: el doctorado honoris causa. En una entrevista para este Diario, realizada el mismo año, comentó que su interés por los libros le vino de familia, debido a que sus padres fueron educadores.

Rodríguez también fue periodista en los diarios ecuatorianos Expreso y El Tiempo, con un paso por la pantalla chica en Teleamazonas.

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“Hacía una página cultural diaria y ahí comencé la crítica de arte. Fue muy importante porque parecía que había muy poca crítica en el país”, señaló Rodríguez a este Diario respecto a su carrera periodística.

En el 2015 presentó en Guayaquil el libro García Moreno. El Municipio de la ciudad le entregó una condecoración. Se desempeñó como profesor de Literatura en el colegio San Gabriel en Quito durante los años cincuenta. Para esta institución escribió varios textos.

El crítico quiteño, quien estuvo nominado tres veces al premio nacional Eugenio Espejo, tuvo tres hijos: Sigrid, Christian y Selma. (I)