Al llegar los últimos votos para los Óscar –el plazo vence el martes–, Hollywood pone fin a una temporada de premios que ha resultado, de Nate Parker a Mel Gibson, una desconcertante alegoría moral.

Parker, festejado como un seguro receptor del Óscar en el festival Sundance del año pasado, participó con su filme The Birth of a Nation como consecuencia de una denuncia por violación en su contra de 18 años atrás.

Al tiempo que desaparecía Parker, se produjo el inesperado retorno de Mel Gibson, un paria durante la última década, con su Hacksaw Ridge, nominada a seis Óscar, incluidos mejor película y director.

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La balanza de la justicia hollywoodense nunca ha sido muy científica, pero pocas veces ha sido tan difícil de interpretar. La ceremonia de premiación se realizará el domingo 26. (E)