Se llama Marina Jaber, pero para muchos es la “chica de la bicicleta”. En Bagdad esta joven artista se ha convertido en una fuente de inspiración para otras iraquíes que manifiestan su libertad pedaleando.

Desde hace unos meses, esta musulmana de 25 años circula en una bicicleta roja, con el pelo suelto, algo inusual que hace que no pase desapercibida en esta sociedad conservadora.

Su iniciativa tuvo gran eco en las redes sociales e incluso ha surgido un movimiento que organiza paseos de mujeres en bicicleta por el centro.

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Una de las fotografías más compartidas de su cuenta en Instagram, que cuenta con más de 30.000 abonados, muestra a Marina pedaleando al lado de un anciano que circula en bicicleta y la mira con un gesto de desaprobación.

“Con él encontré la respuesta. Durante más de cinco minutos pedaleé a su lado y no paraba de mirarme fijamente. No parecía agradarle”, recuerda Jaber.

Pero “los habitantes del barrio se acostumbraron y dejaron de mirarme (...) Entendí que (...) si quiero hacer algo, no tengo más que empezar a hacerlo”, añadió.

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Desafiando los tabúes, la artista se ha convertido en una fuente de inspiración para muchas jóvenes y mujeres del país, a las que anima a vivir como quieran, sin preocuparse por las restricciones sociales o religiosas.

Jaber ha recibido una lluvia de mensajes en su cuenta de Instagram, desde que comenzó a compartir su día a día en bicicleta, en su mayoría de muchachas. “Quizá necesitaban a alguien para defender sus derechos”, dice.

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Su bicicleta roja es la pieza central del proyecto que expuso en Bagdad el año pasado. Jaber engrosa la lista de mujeres que luchan por su emancipación andando en bicicleta por las calles.

“Mi madre y mi abuela solían montar en bici; era algo normal”, declara Jaber. El año pasado, durante un viaje a Londres, la joven se preguntó por qué se sentía tan orgullosa de montar en bicicleta. “Al fin y al cabo no es más que una bici, algo simple, debería ser normal”, afirma. (I)