Msc. Rafael Montalván Barrera

Ninguno de los 19 alumnos de mi paralelo Zamorano del Copol estudiará Agronomía en la prestigiosa universidad centroamericana, cuyo nombre hoy los identifica como estudiantes de tercero de Bachillerato. Son humanistas inclinados a las letras, pronto se graduarán y en la universidad confirmarán el poder de la lectura. Karina, Paula y Nicole del Cisne lograron buenas notas en la asignatura Lengua A (abundante lectura) del programa internacional.

Mejor aún le fue a Natalia Katiuska que odia el fútbol, pero que le apasionan los libros. Peter, Gabriel, Bryan y Tito deberán mejorar, aunque no reniegan del teatro. Romina, Allison, Evelyn y Melissa son potentes en lectoescritura cuando se inspiran; las Valerias, Dalton, Aida y Elías caminan por el mismo nivel de entusiasmo lector, mientras que Dunia y Ámbar, pese a estar flechadas por Cupido, las veces que se lo propusieron ganaron una nota redonda. Juntos, los alumnos de Zamorano, son invencibles en lectura corporal y dramatizada para conocer a Esquilo, Gabo, Fuentes,… Nicole del Cisne y Natalia Katiuska son muy aplicadas a la lectura.

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Antes de irse de vacaciones me recordaron la doble promesa que les hice: regalarle un libro a Nicole y escribir sobre la excelente nota recibida por Natalia en el Diploma bajo el contexto del Bachillerato Internacional. Para ellas los libros son más que objetos transmisores de saber, son compañeros eficaces para establecer la diferencia. Yo, como a los demás chicos de Zamorano, las respeto y le brindo mi homenaje de maestro y amigo. (O)