Las treinta y cinco jóvenes de la primera orquesta femenina de Afganistán se aprendieron al dedillo el solfeo para tocar esta semana ante los ricos y poderosos del mundo en el Foro de Davos.

La orquesta Zohra, compuesta por jóvenes de entre 13 y 20 años de edad, muchas de ellas de familias humildes, tocaron ayer durante la clausura del Foro Económico Mundial que reúne cada invierno en Suiza a unos 3.000 dirigentes mundiales.

Fue el primer concierto en el extranjero de esta orquesta fundada unos meses atrás en un país que vive en guerra desde hace casi 40 años. Interpretó únicamente temas clásicos afganos.

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Con el ceño fruncido, muy concentradas en los instrumentos, las chicas ensayan bajo la batuta de Negina Khpalwak. Esta joven, que cumplirá 20 años en el viaje de vuelta, ya es todo un símbolo. “La primera directora de orquesta del país”, afirma, orgulloso, el doctor Ahmad Sarmast.

Musicólogo y trompetista, fundador del Instituto Nacional de Música (Anim) y padre de la orquesta Zohra (Venus, en árabe y en persa), el doctor Sarmast ya fue víctima de un atentado. Y es que desafía una doble prohibición.

Su formación se costeó con la ayuda del Banco Mundial y de donantes extranjeros. Es “probablemente la primera orquesta femenina del mundo musulmán”, al menos de música clásica, afirma.

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Un auténtico desafío a las fuerzas oscurantistas que, quince años después de la caída del régimen de los talibanes, siguen relegando a las mujeres a un segundo plano y considerando la música como una perversión, pese al rico patrimonio afgano.

“En mi casa, con la excepción de mis padres, todos se oponían. Mi abuela advirtió a mi padre: ‘Si dejas que Negina vaya a la escuela de música, dejas de ser mi hijo”. Desde entonces se rompieron los vínculos familiares y los padres de Negina se fueron de la provincia de Kunar, en el este, para vivir con la joven en Kabul. “Más vale eso que morir”, cuenta ella. Uno de sus tíos incluso amenazó con matarla si la ve.

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Negina aspira un día a obtener una beca en el extranjero “para estudiar y volver como directora de la orquesta nacional de Afganistán”, lo que sería una hazaña.

En 2016, según la oficina nacional de estadísticas, solo el 36% de las afganas menores de 25 años fueron a la escuela.

“Aquí, si no te alzas contra la sociedad, no tienes futuro. Yo quiero abrir el camino para otras”, afirma Negina. (F)