Miles de diablos, acompañados de bandas de pueblo y personajes representativos, danzaron del 1 al 6 de enero por las principales calles del cantón Píllaro (Tungurahua), reviviendo la Diablada Pillareña, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador, el 29 de diciembre de 2008, indicó un comunicado del Ministerio de Turismo.

Esta celebración se origina en los sectores rurales de Píllaro. Cuenta la historia que jóvenes del barrio Tunguipamba y de la parroquia Marcos Espinel salían en la noche a dar serenatas a las muchachas del otro sector. Esto causaba que los chicos se pongan celosos de sus hermanas y novias, por lo que se disfrazaban con sábanas blancas y caretas con cachos de venado provocando ruidos tétricos con un cabresto seco para infundir miedo a los jóvenes visitantes.

Desde ahí, indica el comunicado, la Diablada de Píllaro se ha convertido en una tradición. En este año, en la fiesta participaron quince comunidades denominadas ‘partidas’, grupos que van desde las 1.000 a 2.000 personas participantes, entre diablos y danzantes. (I)