“No, loco, no, no desmayes, tienes que seguir, tú eres un gran artista, eres un gran bailarín”, esta es una de las frases que Freddy Rivadeneira siempre tendrá presente cuando recuerde a Ana Wiesner Rivera. Ella no solo fue su compañera de tablas en la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas, sino su gran amiga. Fue la madrina de su hijo Andrés.

Wiesner, una de las figuras íconos del ballet en Guayaquil, falleció el pasado martes en Estados Unidos, a causa de un cáncer diagnosticado hace dos años. Para las 13:30 de hoy, en Starks Funeral Parlor en Salt Lake City, Utah, está previsto su sepelio. En tanto en Guayaquil, esta noche (19:00), en la iglesia María Madre de Los Ceibos, sus familiares ofrecen una misa.

Rivadeneira, quien considera a Wiesner una guerrera de la danza clásica en Guayaquil, comenta que Anita lo dejó solo en esta lucha, pero también le dejó “esa fuerza, esa lección de vida de que se puede conseguir lo que uno quiere”.

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Con el mismo cariño y admiración la recuerda Karina Terán, quien ahora es maestra del Groove National Dance Competition y en el Encore Dance (EE.UU.) y que además pertenece al Staten Island Ballet, dice que a Wiesner le debe su “primera oportunidad de bailar un repertorio clásico”.

Terán estudió en el Instituto de Danza Raymond Mouge, pero que en 1995 fue seleccionada por la misma Wiesner para participar en la primera producción que hizo en Guayaquil cuando regresó de Rusia.

Un talento de pantalla también fue su alumna. Gabriela Pazmiño de Bucaram fue primera solista en la Escuela Rusa de Ballet. La presentadora de En contacto destaca la paciencia que Wiesner siempre le tuvo, a pesar de haber retomado sus estudios de danza “un poco tarde”. Evoca también la pasión de su maestra por el ballet.

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Asimismo Rossana Plaza, quien no solo fue su estudiante, sino que desde el 2012 se desempeña como directora académica y artística de la escuela de Wiesner, habla del legado de la fallecida bailarina y afirma que es una pérdida para el mundo de la danza del país.

Mariuxi Rosas, otra de las exalumnas de Wiesner, dice que ella fue un pilar fundamental en su vida profesional. Refiere que gracias a ella descubrió su amor por la danza y ahora tiene su propia escuela con su nombre. (I)