En el caso del desempleo aconsejan emprender nuevos proyectos

El 2016 es un año que deja heridas para Ecuador. Un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter, que cobró varias vidas, el pasado 16 de abril; la tasa del 5,2% de desempleo, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos, se suma a ellas.

Además cada persona experimentó sus propias pérdidas. En esta época de unión afectiva y familiar resulta imposible no pensar en aquello que hace falta. Miguel Ángel Úsuga, psicólogo clínico, explica que para las personas que atraviesan duelos, diciembre “se convierte en una pesadilla” por dos razones principales.

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La primera tiene que ver con el “individualismo depresivo”. La persona piensa que está triste mientras los demás son felices y toda clase de alegría ajena le afecta. “Creen que es la única persona que está sufriendo y el mundo debe apiadarse”, indica. Otra razón es por los recuerdos emotivos. “Ya no podrán repetir momentos que antes significaron alegría”, agrega y sugiere comenzar el proceso de aceptación.

“Existen personas que pueden llevar años de luto y seguir siendo ásperos o depresivos en Navidad o cualquier fecha especial. Es porque no han aceptado que la vida debe seguir”, manifiesta Úsuga.

Recomienda no aislarse de su entorno social porque provocaría una etapa de depresión severa. Sin embargo, para la psicóloga Sharon Portalupi, de la clínica Adminmedic, es necesario que la persona que está pasando por un mal momento tenga su espacio a solas.

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“Se debe cerrar un ciclo y para ello el llanto, es útil. A través de ese proceso el individuo se deshace de la carga emocional y puede sentirse libre. Si tiene que ser en Navidad, que lo haga”, refiere Portalupi, quien sostiene que el tiempo de sanación de una pérdida, ya sea por muerte o separación, es de ocho meses a un año.

“Aquellos que perdieron a sus familias en el terremoto pasado recién están en la etapa de aceptación”, agrega.

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Dejar a un lado la “abstracción selectiva de los episodios de la vida” es una de las recomendaciones que da la psicóloga peruana Carmen Ojeda. “Las personas que sufren tienden a fijarse en los hechos negativos. Si en febrero tuvieron un problema y octubre le continuó otro, asumen que todo el año fue malo. Pero olvidan que el resto de meses sonrieron”, explica Ojeda.

Además aconseja realizar actividades que ayuden a ocupar su tiempo productivamente como algún deporte u obra social. “Cuando pierdes a un ser querido te sobra mucho amor para dar, es mejor invertir ese sentimiento en aquellos que todavía tienen una oportunidad. Esto también mejorará el ánimo”, añade.

Sobre las personas que están desempleadas, el sociólogo Julio Rosado aconseja no caer en el sedentarismo emocional. “En crisis nacen las mejores ideas. Hay que emprender algo nuevo. No es que no se tenga capacidades, sino que es necesario resaltarlas”, expresa. (F)

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