Se confiesa pianista desde que estaba en el vientre de su madre, debido a que sus progenitores eran instrumentitas, y desde muy pequeño concibió la música como una forma de vida. Bruno Gelber, reconocido pianista argentino, cuenta cómo inició en el mundo de la interpretación musical.

“A los dos años ya tocaba una a una las teclas del piano. Mi madre tardó un año en aceptar mi relación con la música, a los cinco me llevó al teatro Colón de Buenos Aires (Argentina), fue la única vez que no sentí nervios durante un concierto”, dice el artista de 75 años.

Gelber asegura que alguna vez intentó tocar el violín por pedido de su padre, pero durante toda una tarde no logró entonar aquel instrumento. “Volví a pasos agigantados al piano”, comenta. Entre sus proyectos destaca su participación en el documental L’Amour de la vie – Arthur Rubinstein, dedicada al pianista polaco Rubinstein.

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“Eso fue extraordinario. Fui muy amigo de Rubinstein. Un día lo invité a comer a mi casa, cuando vivía en París. Él tenía un don increíble para fascinar a las personas. Me dijo: vos sos uno de los mejores pianistas de mi época”, describe Gelber, quien se considera un intérprete, no un compositor.

Sobre los premios obtenidos a lo largo de su carrera, en el que constan el reconocimiento como Oficial de las Artes y de las Letras de la República de Francia por el Gobierno de ese país en 2007, dice que aprecia más la sensibilidad que tiene con la música.

“He viajado por todo el mundo y tengo premios, pero nada sería si no fuera por mi constancia en la música”, cuenta el artista quien aconseja a los jóvenes pianistas focalizar sus aptitudes. “Deben entender que no solo se debe tener condiciones para el piano, sino también para la emoción, la concentración y una cantidad de cosas que exige ser pianista”, sugiere Gelber.

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Con un tono gracioso dice que la inspiración es “algo que viene, no que debe venir” y en eso se parece al amor. “Cuando estás enamorado de alguien ni sabés porqué lo estás. Así es la inspiración algo que surge incluso de cosas en las cuales uno no cree”, dice.

El argentino dio un concierto ayer en el Teatro Sánchez Aguilar de Guayaquil. Dentro del repertorio interpretó El carnaval de Schumann. (I)

Los jóvenes deben entender que no solo se necesita condiciones para el piano, sino para la emoción y la sensibilidad.Bruno Gelber, pianista