Los páramos ecuatorianos son la cuna de millones de años de historia, magia y sabores. Van desde la cocina prehistórica de los mamuts andinos del Ilaló, hasta las cocinas frugales de las comunidades locales actuales, informa el portal mediospublicos.ec.

No son cadenas de montañas como existen en todo el mundo. Son páramos andinos cobijados por los nevados majestuosos sobre los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Son microclimas ultratemplados que reúnen una de las mayores especies silvestres del planeta, microclimas privilegiados de sabor y aromas ancestrales, agrega.

Flora nunca antes vista se fusiona con la fauna milenaria que interpreta la alimentación andina y que custodian los vaqueros andinos, los valientes chagras, que son los únicos que por las noches ven, de la mano de un conejo braseado o un estofado de llama con paico y cedrón, las estrellas y respiran el verdadero aroma de la limpieza y tranquilidad, dice el portal.

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En el mundo hay turismo de aventura con paisajes maravillosos de ensueño, el Ecuador tiene ya como decoración de cualquier visitante estos paisajes andinos. Lo que falta por investigar, documentar y promocionar es su comida.

Hace varios años nació con fuerza el proyecto Chagra 3.0 de las cocinas del páramo, donde comunidades de las provincias de Cotopaxi, Bolívar y Chimborazo transmiten permanentemente la sabiduría culinaria ancestral del mortiño, mellocos, mashuas, ocas y papas con la delicada y suculenta carne del cuy, llama, conejo tórtola y venado andino. Son miles de interpretaciones culinarias que se pueden fusionar y crear con el verdadero sabor de los Andes.

Cocineros como Fabián Hidalgo, orgulloso descendiente de los páramos, buscan fomentar una ruta turística-culinaria con sabores y productos locales, compartiendo la riqueza culinaria de las comunidades del Valle de los Volcanes. (I)