Con la música como compañera, la pintora estadounidense Olga Dueñas dibujaba en un rincón de su casa desde que era una niña.

“Mi padre y mi hermano eran músicos profesionales y fueron creando mi interés por el arte visual a través de la música”, comenta la artista, quien estudió en Ozenfant School of Fine Arts de Nueva York (EE.UU.).

La técnica que desarrolla es la abstracción geométrica, la cual, cuenta, tiene relación con la música clásica.

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“Tienen casi el mismo proceso de construcción (...). La sensibilidad hacia las líneas y formas y saber combinarlas”, explica Dueñas, de 90 años.

Asegura que ha dedicado su vida a la pintura porque encuentra en ella “la felicidad y la paz para poder existir”.

Agrega que ella realiza sus cuadros como si fueran partituras musicales y los transforma en figuras que sean capaces de proveer al espectador de una experiencia de armonía.

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“Encontré en la abstracción la equivalencia visual de la música”, comenta.

La artista expone en la galería NoMíNIMO, ubicada en Plaza Lagos (km 6,5 de la av. Samborondón), la muestra Sinfonía Cinética, que reúne 13 de sus últimas creaciones.

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El pasado 24 de noviembre se realizó un homenaje a su trayectoria en la galería.

La exposición estará abierta hasta enero del 2017. Además se exhibe una muestra privada realizada por la artista en 1968 en forma de retrospectiva.

Dueñas también ha expuesto, asegura, en la 16ª Bienal de Sao Paulo (Brasil), además en Caracas, Roma, Bonn, Ámsterdam y EE.UU.

Visitó por primera vez Ecuador en 1946, país en el que ha vivido por 25 años. Se casó con un ecuatoriano, de quien adoptó su apellido. “Mis hijos nacieron aquí, me siento agradecida con este país que me dio mi familia”, expresa Dueñas.

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Con sus cuadros, menciona, busca que todas las personas que los miren encuentren nuevas formas, ritmos, colores y luminosidades. (I)