ABCedario Tsáfiki es el proyecto que un español presentó y ganó uno de los fondos del Ministerio de Cultura y Patrimonio, en la categoría de artes aplicadas y diseño, y desde febrero pasado entregó los ejemplares a niños y mestizos de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Pau Ricart Masip es el nombre de este catalán de 37 años que vive en Santo Domingo desde hace seis años. Llegó al Ecuador para trabajar como docente en la escuela de Diseño Gráfico en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y desde que vino a la provincia se identificó con el dialecto de los tsáchilas, pues él también habla una lengua minoritaria como es el catalán.

“Son lenguas que están en riesgo de desaparecer”, indica Masip, por ello empezó a conocer sobre la nacionalidad, visitando las comunas y compartiendo con algunos indígenas sobre sus tradiciones y costumbres. Se dio cuenta de que la lengua materna de esta nacionalidad corre el riesgo de desaparecer y lo contrastó con lo que indica la Unesco, de que el tsáfiki puede extinguirse, ya que los niños no lo aprenden como lengua materna.

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Agregó que un libro abecedario con figuras lúdicas “refuerza el aprendizaje de un nuevo lenguaje, relacionando las palabras con imágenes”, ya que ayuda a reconocer la forma de las letras para relacionarlas con los sonidos del lenguaje hablado.

La idea del libro abecedario nació en una de las clases de Ilustración con sus estudiantes y se fortaleció con una investigación que realizó para determinar las palabras más representativas en la nacionalidad.

En el texto, al graficar la letra “a” se pondrá la palabra en tsáfiki “aya”, que significa madre en castellano, y estará acompañada con un dibujo de un oso perezoso con su cría, la figura de este animal se utiliza puesto que vive en las comunas y es representativo para los niños y el vínculo de protección que entregan las madres a sus hijos.

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Similares ejemplos se dan en las demás letras. “Los niños aprenden a leer no letra por letra sino viendo la palabra”, dice el profesor catalán.

El libro se distribuyó en las escuelas interculturales bilingües de Santo Domingo y en planteles de educación regular, por lo que se trabajó en la impresión de al menos 500 ejemplares. (I)