Tristeza, pero también esperanza y conmemoración. Ese es el doble sentido de la recordación del Día de los Difuntos, como explicó ayer el papa Francisco durante la misa oficiada en el cementerio Flaminio –también llamado de Prima Porta– en Roma.

De acuerdo con el portal Aciprensa, antes de presidir la homilía, Francisco colocó flores en diferentes tumbas del cementerio, siguiendo las palabras que pronunció el 2 de noviembre de 2014 y que recordó, asimismo, en su cuenta en la red Twitter. “Nos detenemos con fe ante las tumbas de nuestros seres queridos, rezando también por los difuntos que nadie recuerda”, expresó a través de @Pontifex.

En la misa, Jorge Mario Bergoglio recordó que “Job estaba en la oscuridad, estaba ante la puerta de la muerte. En ese momento de angustia, dolor y sufrimiento, Job proclama la esperanza. Yo sé que mi Redentor vive, y que resurgirá del polvo, y yo lo veré, yo mismo con mis ojos que lo contemplarán, y no otros”.

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El pontífice de origen argentino explicó que la conmemoración del Día de los Difuntos supone una invitación para ir de la tristeza a la esperanza.

“La tristeza se mezcla con la esperanza, y esto es todo lo que nosotros sentimos hoy en esta celebración. La memoria de los nuestros ante sus restos, y la esperanza”, manifestó el papa Francisco.

“Pero también sentimos que esta esperanza nos ayuda, porque todos nosotros tenemos que hacer este camino. Antes o después, todos. Con más o menos dolor, pero todos. Y al mismo tiempo, con la flor de la esperanza. Con aquella cadena que está anclada más allá, en la esperanza de la resurrección que no desilusiona”, enseñó el papa Francisco.

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“¿Y quién hizo primero ese camino? –Se preguntó el pontífice–: Jesús. Nosotros caminamos el camino que él ha hecho. El que nos ha abierto la puerta es él mismo: Jesús. Con su cruz nos ha abierto la puerta de la esperanza. Nos ha abierto la puerta para entrar donde contemplaremos a Dios. Yo sé que mi Redentor vive, y que al final se levantará sobre el polvo, y yo lo veré: Yo mismo. Mis ojos lo contemplarán, y no otros”.

El papa concluyó su homilía con un mensaje de esperanza. “Volvamos hoy a casa con esta doble memoria, la memoria del pasado, de los nuestros que se fueron, y la memoria del futuro, del camino que nosotros tenemos que andar. Con la certeza, con la seguridad que brotó de los labios de Jesús: ‘Yo lo resucitaré en el último día’”, afirmó el santo padre.

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Una vez finalizada la misa, y antes de impartir la bendición, el papa Francisco recordó que “en la visita al camposanto, lugar de reposo de nuestros hermanos y hermanas difuntos, renovamos la fe en Cristo, muerto, sepultado y resucitado por nuestra salvación. También los cuerpos mortales se levantarán el último día, y aquellos que se hayan dormido en el Señor serán asociados a él en el triunfo sobre la muerte”. (I)

El sentido de tristeza nos recuerda a los nuestros que se fueron, nos recuerda el futuro de la muerte. Pero en esta tristeza les traemos flores como un signo de esperanza. También puedo decir de fiesta, pero más adelante, no ahora.Papa Francisco