Los animeros de Patate aseguran que la devoción de rezarles y cantarles a las almas de quienes se adelantaron en el camino al más allá hace que superen el cansancio físico de recorrer a pie, por más de cuatro horas, las calles de la ciudad y a veces del cantón, así como a no decaer por el sueño que significa quedarse hasta más allá de la medianoche por dieciocho días seguidos e incluso algunos a no dejarse vencer por las afectaciones en la salud.

Pascual Guamán aseguró que es una tradición de hace más de 100 años que la comenzó su bisabuelo Jacobo Guamán, que estuvo 26 años como animero. Ahora él es la cuarta generación que inició su labor hace seis años cuando llegó a residir en forma definitiva en Patate.

Contó que tiene tres hijos varones, al primero de ellos le gusta esta tarea y por esa razón considera que él seguirá sus pasos de esta tradición popular.

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Comentó que en este año evidenció que “hay más respeto al animero”, porque antes cuando llegaban a un sitio del recorrido había jóvenes que escuchaban música a alto volumen o se reían de lo que hacían, pero que ahora apagan los equipos e incluso se unen al rezo.

Luis Valencia recordó que a su hija le gustó salir desde el 2012 y que incluso en su escuela, cuando hacen programas de las tradiciones de Patate, ella representa al animero.

Édison Vasco (27) aseguró que salía desde los 14 años, pero que hace cinco se fue a trabajar en el Oriente, y al retornar a Patate se unió a los animeros porque siente que es una devoción muy grande y aspira a que esta tradición no se pierda.

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Guamán recordó que su padre tuvo la idea de vestir túnica blanca porque se cree que las almas tienen este color, lleva un bastón o báculo que significa que el animero es el pastor de las ánimas que las saca del cementerio a rezar para que tengan un descanso eterno.

Una gran campana tocan antes de cantar y rezar, la que alerta a la gente de la presencia de los animeros para que se unan a las oraciones por las almas de sus seres queridos, amigos y conocidos, esto con el fin de que la Virgen interceda ante Dios por ellas para que les otorgue el perdón a sus pecados y así puedan descansar en paz.

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El recorrido siempre empieza en el cementerio cantonal. “Un padrenuestro y avemaría, por las benditas almas del purgatorio, por el amor a Dios”, se escucha cada noche, en más de 50 ocasiones, mientras recorren los animeros las calles oscuras o poco iluminadas de ciertos sectores de Patate. (I)