La cremación es tolerada por la Iglesia católica, pero las cenizas de los muertos deben ser preservadas en los cementerios, y en absoluto pueden ser guardadas en los hogares o dispersadas en la naturaleza, advirtió ayer el Vaticano.

“No está permitida la conservación de las cenizas en el hogar”, ni “la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua”, o su conversión como recuerdos conmemorativos, según estipulan las nuevas disposiciones, presentadas ante la prensa por el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Al depositar las cenizas en los cementerios o lugares sagrados, “se evita el riesgo de que los muertos sean olvidados por sus familias y por la comunidad cristiana”, explicó a la prensa el cardenal alemán, cuyo cargo suele ser llamado de “guardián de la fe”.

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“También se evitan posibles descuidos y falta de respeto por parte de las generaciones sucesivas”, recalcó Müller.

Pocos días antes de la celebración del Día de los Difuntos, la jerarquía de la Iglesia católica recuerda la importancia que tienen la muerte y la resurrección para los católicos.

Igualmente recuerda que desde 1963 se permite la cremación, una práctica que reconoce que “se ha difundido notablemente en muchos países, pero que también ha estado acompañada por la propagación de ideas que están en desacuerdo con la fe”, dijo.

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En casos “excepcionales y graves” los obispos locales pueden conceder el permiso de conservar las cenizas en el hogar, como es el caso de las zonas de guerra, donde se dificulta la sepultura.

La Iglesia católica prohíbe claramente y en forma rotunda que las cenizas se conviertan “en recuerdos, joyas u otros objetos” así como la distribución de las cenizas de un difunto entre los diferentes parientes.

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Las nuevas instrucciones están fechadas el 15 de agosto y dicen que el papa Francisco las aprobó el 18 de marzo. No estaba claro si eran retroactivas o qué deben hacer los católicos que eliminaron los restos de sus seres en formas que ahora se consideran indebidas.

El Vaticano reitera la doctrina de que a los católicos que optan por la cremación por razones contrarias a la fe cristiana se les debe negar la sepultura cristiana. (I)