La prisión Darrington, situada a unos 30 millas en las afueras de Houston, Texas, alberga algunos de los delincuentes más violentos en la nación. Sin embargo, algunos, asimismo, han sido transformados en mensajeros de esperanza, reseña el portal Bibliatodo.com.

Ellos siguen un programa ofrecido por el Seminario Teológico Bautista del Sudoeste. “Está diseñado para estudiantes de licenciatura para recibir un título universitario bíblico a fin de prepararlos para el ministerio pastoral,” dijo el seminarista Denny Autrey.

Los reclusos toman cursos de educación general, incluyendo las matemáticas, inglés, ciencia, seguido de dos años de formación teológica y pastorales.

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“Nuestro propósito es no solo darles una educación teológica, sino de capacitarlos con corazón para el ministerio, para la Biblia, por el amor a Jesús y por el amor a sus compañeros”, señaló Autrey.

Troup Foster, de 54 años, está cumpliendo una sentencia de cadena perpetua por asesinato. Dijo que su vida fue transformada radicalmente después de pasar casi ocho años en régimen de aislamiento.

“Estaba pensando en terminar con mi vida, pero recordé al Jesús que conocí en mi infancia. Así que me puse de rodillas y clamé a Dios: Por favor, si estás aquí, si tú existes, perdóname y ayúdame’”, suplicó.

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Foster se convirtió en uno de los primeros graduados del seminario. Predica y prepara a prisioneros que pertenecían a bandas peligrosas.

“Algunos se aíslan y no quieren escuchar, pero luego el amor de Dios los invade. Llegan solos pidiendo conocer a ese Jesús”, aseguró Foster.

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Cerca de 60 reclusos han completado el seminario. (I)